25 de agosto
Hacía tanto tiempo que no sabía nada de A. que ni siquiera había pasado su número de móvil nuevo de la agenda al teléfono. Hoy, de repente, como una consigna que revela que sí, esta vez sí, es el comienzo de mi olvido de R., recibí un sms. "Te he visto, y me has vuelto loco". Supe que era suyo antes de comprobar su nombre. Como la primera vez que me envió uno, allá por Navidad, para volverme tarumba un par de meses. Aquello pasó, siempre pasa, y ahora al leer su sms (¡cuánto lo deseé durante el invierno!), la indiferencia se convirtió en risa.
Sé, ahora lo sé, que con R., en unos meses, me pasará lo mismo.
El tiempo todo lo come, todo lo cambia, todo lo pudre.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home