31 de agosto
Me siento triste, vacía, con los ojos acuosos y una sensación de hastío clavada en las entrañadas. En el fondo, por mucho que trate de engañarme, esperaba abrir el correo y encontrar alguna noticia de R. Aunque sólo fueran tres líneas, aunque me hablara de los guapas que son las chicas de nosédonde, aunque fuera un loquesea que fuera algo. Me siento hundida, abajo. Siento que aún le quiero, aunque no le conozca, le quiero, le ansío, le busco, me pierdo en la noche en busca de otros besos, abrazos y caricias que suplan las suyas, pero tampoco las encuentro, porque no son suyas, nunca es él. Y eso me hace hundirme más en mi pozo, en mis miserias particulares llenas de desamor.
Soy un desastre.
Hoy, todo es caos.